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Una casa de Eccles Street |
Son las ocho de la mañana
del jueves 16 de junio de 1904. Hemos dejado a los jóvenes Stephen Dedalus y
Buck Mulligan en la Torre Martello de Sandycove –más tarde volveremos con
ellos–, y hemos recorrido unos quince kilómetros, hacia el noroeste de Dublín.
Estamos en la calle Eccles, una perpendicular a Berkeley Road y a Dorset Street
(Upper y Lower).
El nombre de la calle
proviene de la familia Eccles, ricos propietarios que en 1769 arrendaron unos
terrenos para que se construyeran viviendas. Uno de los miembros de la familia,
Ambrose
Eccles (1736–1809), fue crítico teatral y publicó ediciones de varias
obras de Shakespeare, en las que cambiaba de lugar determinadas escenas que,
según él, se habían colocado en una posición errónea.
En el número 7 de Eccles Street, Leopold
Bloom, un contratista de anuncios, de origen judeo-húngaro, se dispone a salir
de casa a comprar un riñón para su desayuno. Le encantan las vísceras de
animales, sobre todo los riñones de cordero, con un ligero sabor a orina. Será
su primera salida, como la de don Quijote, pero regresará pronto, antes de
comenzar su largo peregrinaje por Dublín.
La idea de Ulysses nació en Roma;
y así lo repitió James Joyce a lo largo de su vida, creando otro mito más
alrededor de la obra. Al menos aquella ciudad, donde llegó con Nora Barnacle,
su pareja, y Giorgio, el hijo de ambos, a finales de julio de 1906, le había
dejado algo bueno en el recuerdo.
Seguir leyendo en el blog Un verano con James joyce
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